Hola amigos, por fin estamos en casa, sentimos haberos dejado colgados, sabemos que erais muchos los seguidores de este blog, pero dificultades técnicas y falta de tiempo han hecho que en Pekín no pudiéramos conectarnos y continuar comunicándonos con vosotros.
Ahora, con la tranquilidad de estar en casa, vuelvo a retomar la historia por si alguno de vosotros sigue interesado.
La semana que hemos estado en Pekín ha sido de lo más interesante, es una ciudad impresionante, grande como ninguna de las que hayamos visitado (tiene más de 27 millones de habitantes) y aunque ha sido remodelada entera para los JJOO, rezuma historia y cultura por todos los rincones.
Pasear por sus calles es darte cuenta que las distancias son tan grandes que hacen imprescindible el uso de la bicicleta o del automóvil.
Las calles llenas de gente, miles de personas paseando a la vez en la misma dirección, miles de bicicletas y de coches, hacen a veces que tengas sensación de agobio, ello unido a la gran contaminación que hay en el ambiente hacen que a veces busques la tranquilidad de un parque y mirar como las personas mayores se reunen allí para hacer juegos o practicar tai chi.
Durante la semana hemos hecho visitas maravillosas: al Templo del Cielo, al Templo del Lama, a la Ciudad Prohibida, el Palacio de Verano y a la Gran Muralla. Hemos visitado la plaza de Tiananmen, el Mausoleo de Mao, torres defensivas, lagos impresionantes que resultaron ser artificiales (había unas colinas al lado que se formaron con la tierra que se sacó para hacer el lago), en fin, multitud de monumentos que nos hablaban del pasado de este pueblo que de verdad, no nos ha dejado indiferentes.
Pero no solo hemos visto monumentos, también nos hemos empapado de sus gentes, de sus calles, mercados, hemos entrados en los hutongs (barrios antiguos de Pekín) casi desaparecidos por la fiebre urbanística, y hemos visto como viven aún muchos pekineses a los que no les ha llegado aún el acelerado desarrollo económico de su país.
En fin, que hemos pasado una semana maravillosa, hasta el punto de todo el grupo coincidíamos en que nos daba pena volver a España. Nos hubiéramos quedado un poco más. Aunque todos sabemos que volveremos y eso hace que sea más fácil la marcha.
Las niñas en Pekín han dado un cambio increíble. El cambio de ambiente, de habitación de hotel, es como si les hubiera dado la seguridad de que ya no hay marcha atrás, de que ya son parte de nosotros y no van a volver al lugar del que salieron una mañana muy temprano en un autobús, en brazos de unas personas que, en muchos casos, no habían visto nunca, para luego ser entregadas a unos extraños que no hacían mas que reir, llorar, darles cosas y que a partir de entonces iban a estar a su entera disposición de dia y de noche. ¡ Y no veais como lo han aprendido! Lloro un poquito y ya está, dos o tres personas ( como en nuestro caso), pendientes de mi para lo que yo quiera, es fantástico !!!!
¡¡¡Socorro!!! Una semana ha bastado para malcriarlas. Duermen cuando quieren, eligen lo que quieren comer, ya no quieren ir en la silla, mejor en brazos de mamá y de papá, y alargar la mano significa que me compran lo que pido.
Pero todos decimos lo mismo : Cuando lleguemos a casa comenzamos a poner las normas, pobrecitas, han pasado tanto!!!. Ya veremos que pasa ahora.
Os pongo unas fotos de esta última semana. Y me despido de vosotros dandoos las gracias por la buena acogida que ha tenido este blog, y por comunicaros cada noche con nosotros, ha sido como estar en casa a miles de kilómetros. Nació como medio de tener informados a un grupo de amigos y de familiares y ahora sabemos que habeis sido muchos los que estábais conectados cada día. Gracias a todos, por estar ahí, pendientes de nuestro maravilloso viaje, el más maravilloso de nuestra vida, porque en él hemos encontrado a nuestro tesoro de ojitos rasgados, que junto con otro que ya teníamos en casa, formaremos lo que siempre hemos deseado, una FAMILIA.
Y COLORIN COLORADO, ESTE VIAJE HA TERMINADO, O NO, ACASO COMIENZA AHORA.
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